miércoles, 22 de abril de 2015

See you.



Me hubiera gustado despedirme de ciertas personas pero no va a ser posible.

Llega un punto de no retorno donde la única salida a este caos emocional es morir.

Sí, no encuentro motivos ni nada que justifique el continuar por este puto valle de

lágrimas.


La decepción moldea nuestras intenciones hasta el límite de verte obligado a decir

adiós a las armas. No lucharé más, no contra un enemigo que me ganó desde la primera

batalla y me dejó a merced de mis impulsos, mis tristezas y euforias.

    El tiempo se acaba. Las sombras me sonríen, me ofrecen un futuro sin intereses

que podré asumir mejor que este presente indomable e insoportable.


NO PUEDO. Eso es todo. Quiero irme, debo irme.

La desolación se ha adueñado de la persona que yo era desterrándola a la isla de la

ilusiones perdidas, habitada por la gente que me ignora, me ha hecho daño y sigue

haciéndolo.

Siempre he intentado hacer felices a los demás y con eso me quedo, con lo que hice bien.




    Con mi hija y los maravillosos momentos que he vivido con ella.

Sólo os pido que me perdonéis, si a alguien le importo. No me quedan sitios ni

ni proyectos en los que repostar.

Mi vida ya no es mía. Creo que nunca lo fue.

Gracias a los que habéis estado. Mi vida habría sido mucho más corta sin vosotros. :*****




jueves, 2 de abril de 2015

Monólogo de Grey.






Hoy mi querida Larisa Otero me ha dado una idea. Escribir precisamente eso, un monólogo

estilo Anatomía de Grey. Es una serie que he seguido a lo largo de los años y creo que

 muchos de vosotros también.

Como ella dice, voy a escribir sin pensar, lo que me salga, improvisación pura. Allá voy.


    Todos nos hemos perdido alguna vez: de niños en la playa, yendo de excursión con los

amigos, en aquella gran urbe porque nos paramos a mirar esos souvenirs tan bonitos como

inservibles.


Y la vida te da una lección, te dice que no te alejes de la manada, que no

podrás caminar solo, que estamos programados para necesitar a los demás.

Qué miedo nos da necesitar, reconocernos a nosotros mismos que en soledad todo es más

difícil, que para la mayoría de las cosas necesitamos a alguien que no somos nosotros.


Y un día lo aceptas, asumes que eres limitado y que siempre es mejor caminar

en compañía.

Pero siempre hay personas que prefieren seguir el camino en soledad, aunque esté mal

señalizado, y acaben en un acantilado precioso pero sin saber realmente dónde están.






domingo, 29 de marzo de 2015

¡QUITA, BICHO!




"Los depresivos son el eje del mal, manteneos alejados".

Esta es un poco la conclusión que he sacado después de todas las burradas que se

han dicho y escrito esta semana. Sabía que los medios de comunicación apestaban

pero ignoraba que las redes sociales iban a acoger a auténticos bárbaros expertos

en psiquiatría diciéndonos de todo menos bonito.

El ser humano siempre busca culpables y en el caso de una tragedia de esta magnitud

se multiplica por un millón. Parece que si encontramos alguien a quien culpar, el resto

queda exonerado.


Y por desgracia, voy a hablar en primera persona. Una persona deprimida no elige

estarlo. Esos mensajes de: ¡ánimo, tú puedes! sal y haz cosas y tantas majaderías no

ayudan a una persona que está en un bucle de tristeza profunda. Es más, es como si

le dijeras a un cojo que corra y a un ciego que vea.

   ¿Pueden! NO. Pues nosotros tampoco; ojalá fuera tan simple. Los mecanismos

que rigen la mente no son los de un reloj, ni siquiera los afectados los conocemos.


Y estoy muy harta de tanta hipocresía, de tanto imbécil que se disfraza de alma

comprensiva y después te deja tirado.

Hay dos tipos de enfermedades de las que las personas huyen: las contagiosas y las

psiquiátricas. Esto es así.

Y lo entiendo, de hecho la empatía es algo que tenemos más desarrollado nosotros

quizá porque hemos visto tan de cerca el dolor que cuando una persona sufre

la comprendemos mejor e incluso queremos ayudarla.

He oído barbaridades sobre lo peligrosos que podemos llegar a ser, cuando en el 99,9%

de los casos sólo lo somos para nosotros mismos. Y de esto entiendo un poco.


Otro dato importante es la capacidad de juicio o decisión que tenemos o no.

Un deprimido ( que no depresivo) puede trabajar, cuidar de su familia, viajar, decidir

sin que la enfermedad decida por él. Pero hay veces donde sí decide y pasas a ser una

marioneta. Y no importa que estés medicado, te vean expertos o te cuides: llegas a un

punto de no retorno donde la persona es casi irrecuperable.

Un suicidio no siempre es evitable aunque creamos que sí. De hecho, un suicida no

suele mostrar signos claros de sus intenciones porque lo que quiere es ocultarlas.

La mayoría de los suicidios consumados suceden cuando el enfermo estaba ya mejor,

cuando empezaba a remontar, por una simple cuestión de fuerza y paz que invade

el alma de quien sabe que le queda poco tiempo de sufrimiento.

También aprovecho para deciros que si alguien que me esté leyendo tiene ideas así pida

ayuda, no os calléis. Vida sólo hay una. No hay vuelta atrás. De la depresión se puede

salir, y podéis seguir adelante aunque ahora veáis todo negro. Paciencia y tiempo, y todo

se andará.



Como decían en una bonita película: "No sé qué me deparará el futuro pero, al menos,

habremos tenido hoy".


miércoles, 18 de marzo de 2015

Mis valientes




Hace tiempo que llevaba idea de escribir esto. Plasmar una idea es fácil pero no así un

sentimiento.

Vivimos rodeados de estímulos e información constante, tanto que hemos llegado a

anestesiarnos. Para superar una fobia has de exponerte a ella pero aquí sucede justamente

lo contrario. El horror, la desesperanza, la maldad se han adueñado del mundo y pocas

son las personas que realmente toman partido y lo denuncian porque hemos

normalizado lo intolerable sin darnos cuenta.


Veo a muchos de vosotros gastando bromas, desdramatizando en un intento absurdo

por obviar el dolor.

También hay mucho concienciado de pacotilla que grita, critica, malmete pero cuyo

comportamiento en el 1.0. difiere considerablemente de aquello que promulga en

el ciberespacio.


Por eso admiro de veras a aquellos que se enfrentan de forma directa con personas de

esa calaña, verdaderas bestias que desconocía que aún existieran.

Y lo hacen con valentía, con arrojo, no recurriendo al insulto fácil ni a las

clásicas antorchas. Mencionan a la gente, no lo hacen a hurtadillas y se comen auténticos

marrones por defender todo tipo de causas. Y en muchas de ellas estamos involucrados

los demás.

La valentía es el mayor signo de pureza en una persona y aquí hay unos cuantos y unas

cuantas valientes.


Quiero agradecer especialmente a los que nos defienden a las mujeres de ataques

indiscriminados (que llevamos sufriendo mucho tiempo) mientras otros se atrincheran

y no hacen absolutamente nada.

Mientras ellos hacen esto, otros andan más preocupados en dirimir quién es el más

gracioso o cómo ganar followers a costa de chorradas de primero de infantil.

Y luego ya hay gente excepcional que además de luchar de esta forma nos hace reír.


                             De verdad y de corazón, gracias.






lunes, 16 de marzo de 2015

Sí eres tú, no soy yo.



Eufemismos, mentiras, cortesía mal entendida, da igual; si te dicen la famosa frase, "no

eres tú, soy yo" te están mintiendo descaradamente.

Los mentirosos impostan, crean un circo mediático para despistar y, tratándose de

relaciones, todo se complica porque no puedes doblegar un sentimiento y actuar

libremente.

Hijos de puta, decid la verdad, es lo menos que merece alguien que ha pasado por tu vida

sin hacerte daño alguno.

Pero el dolor ajeno no importa, sólo cuenta satisfacer tu ego y dejar a un lado aquello que

ya no te interesa; pero ese algo es alguien y ese alguien es tan extraordinario que por

eso le abandonas. Venga, vamos a contar mentiras, juguemos todos.

Yo he tenido muchos problemas en la vida por ser franca, pero prefiero tenerlos por

eso que por ser una valiente mentirosa.

En cuestión de afectos mentir es una bomba de relojería, sólo que no recuerdas dónde

la has dejado ni cuándo va a explotar.

Y explota, os aseguro que explota. A quien la puso.

No hagáis daño, no engañéis, porque la vida de otros está en juego y eso es precisamente

lo que hacéis: jugar.


miércoles, 11 de marzo de 2015

¿Quiénes son esos?




A veces conviene recuperar el sendero de la comedia y mi vida está llena de anécdotas

que nunca he contado y merecen un lugar en el Olimpo de las risas.

Tengo que retroceder 17 años para recordar aquel fatídico y, a la vez, desternillante día.

Por aquel entonces estaba haciendo un curso y tenía un compañero con el que me

llevaba especialmente bien. En los descansos hablábamos y había feeling. Nada nuevo

bajo el sol.

Así que después de largos días, charlas y confidencias quedamos un día a solas.

No estaba especialmente nerviosa pero me hacía ilusión. Era mayo, la tarde era calurosa

y me fui en manga corta, con un pequeño bolso y mis walkman. Sí, entonces

escuchábamos música en soportes que muchos no habéis conocido.

Llegué yo antes que él y estaba escuchando música variada.

Entonces, casi sin darme cuenta él ya estaba allí. Me sonrió y nos fuimos a tomar algo.

Supongo que por inercia tardé en quitarme los cascos y en ese instante me preguntó que

qué escuchaba. Le dije que a Los Ramones.

-¿Los qué?

-Los Ramones

-¿Y quiénes son esos?


No supe reaccionar, me quedé como un animal de esos a los que echas las luces en mitad

de la carretera. Algo dentro de mí se rompió, y sólo acerté a decir que era una banda

 norteamericana que me encantaba.

Sonrió, yo no, ya no pude hacerlo más; de hecho nunca más volví a quedar con él.

Me había roto el corazón. De verdad. Fue una mezcla de incredulidad, pena y rabia.

Quizá algunos no entendáis mi reacción ni cómo me sentí, pero para mí que alguien no

sepa de la existencia de este grupo me da una idea bastante nítida de cómo es.

domingo, 8 de marzo de 2015

Twitter Wars



Me entristece ver como cada día que pasa twitter se hace más intransitable.

Los que llevamos bastante tiempo vivimos una época donde el fin principal de

esta red social era la diversión. Se hablaba de todo pero cuando cerrabas sesión salías

con una sonrisa: ahora no.

Ahora abres y todo son enfados, críticas, movidas, gente buscando casito, y sobre todo

gente muy amargada que traslada esa frustración a los que no somos así.

    Yo, que he pasado por una época muy mala, necesitaba twitter para reírme y olvidarme

de las cosas. Pero siento que ya no es terapeútico, ni divertido, ni bonito.

Hay personas, y ellas lo saben, a las que adoro y que me han dado mucho y siguen

haciéndolo, pero el resto, incluyendo personas que antes me hacían reír, se han ido

agriando y eso es profundamente triste.

Y lo es porque he visto su evolución.

Por supuesto que se deben denunciar las cosas y las injusticias y no hay mejor lugar que

este para hacerlo.

Pero hay que dejar un hueco para la ingenuidad, la confianza, el cariño, el trato amable y

la risa porque si no cada vez se irá más gente, harta de guerras cibernéticas y movidas

de todo tipo.

Hay gente que está haciendo una labor encomiable pero también hay mucha que está

sacando los pies del tiesto.

No os dejéis vencer por el cinismo, valéis mucho más que eso y tenéis los suficientes

recursos para quejaros de lo que queráis sin caer en la agresividad ni la pesadez.

También aprovecho para hacer autocrítica, porque aunque mis circunstancias personales

hayan marcado bastante el tono de mis tuits, no estoy exenta de culpa ni de haber

evolucionado hacia una Campanilla menos alegre y más enfadada con el mundo.

My fault.

Un beso enorme.






lunes, 23 de febrero de 2015

Vídeos flipantes: PUSH IT.



                        Garbage ya estaban en el 2.0 mucho antes que nosotros. Temazo.


martes, 17 de febrero de 2015

NO ME GUSTA.




No me gusta. Y punto.

Ojalá esto fuera tan fácil de decir en Twitter pero nada más lejano de la realidad.

En estos últimos tiempos, mi red social favorita se ha convertido en un lugar hostil donde

es muy difícil opinar sobre algo y disentir a su vez de la mayoría.

Tampoco sabía que había que opinar sobre todo y, lo peor, que todos nos hemos

convertido en expertos jueces, abogados y fiscales, dictando sentencias cibernéticas

que no van a ningún sitio pero que a mí me tocan mucho los cojones.

¿POR QUÉ?

Hay tuiteros de la vieja escuela que saben y continúan igual que el primer día.

Pero hay una cantidad ingente de personas, o masa crítica (ojalá estuviera hablando

de física), que destilan odio, sapiencia de bar de barrio y una falta de educación

que a mí me asusta.

Hay que denunciar lo intolerable, no enjuiciar a una actriz por si se ha operado

o no o por si a mí o a ti nos gusta ver GH VIP.

Twitter está lleno de senadores Mc Carthy, sólo que ellos no tienen un escaño

ni en twitter hay brujas.

Hablad, dirimid, criticad, pero desde el respeto que es más constructivo.

Hay cosas demasiado importantes como para perder el tiempo con chorradas.

Y precisamente lo que estoy defendiendo es la libertad de expresión, esa a la que

tanto apeláis pero cuando os interesa.

sábado, 7 de febrero de 2015

Vídeos acojonantes. IN BLOOM.




Da igual el tiempo que pase, las bandas, las canciones. Este vídeo es inmortal como 

también lo es Nirvana. 

Cuando algo es perfecto poco o nada queda que decir. 




sábado, 24 de enero de 2015

Born Again




Buscamos nuestro lugar en el mundo y ese lugar suele ser una persona.

He creído encontrar ese paraje en el pasado, he pensado que había dado con ese

ser que me hiciera este tránsito más fácil.

    Pero siempre me equivocaba. No fuiste ni tú, ni tú, ni tú.

Sin embargo hubo siempre alguien que a pesar de las tormentas, el miedo y el dolor

no se separó de mí; y no lo (te) supe ver.

   Me quisiste desde el principio pero tus señales no me llegaban, cuán estúpida pude

llegar a ser. Y ahora, me sonríes mientras escribo esto y me dan ganas de dejártelo

a ti y que termines tú.

  Contigo me siento segura, en casa, a sabiendas de que esto no va a ser fácil pero

vamos a asumirlo, ¿no?

Si me abrazas no voy a poder terminar, pero, ¿y qué más da?

Os dejo, tengo mejores cosas que hacer.

jueves, 1 de enero de 2015

Año nuevo, daño nuevo.



Llega un momento en la vida en que tu (mi) único deseo es no empeorar lo que

ya tienes. Me duele irme, dejar todo esto, pero no hay otra salida.

No creo en años nuevos, sino en vidas nuevas, y en personas capaces de estar a tu

lado sin juzgarte, sin abandonarte, sin esperar de ti algo que no puedes darles.

   Porque no somos implacables, somos seres humanos con sentimientos, con corazones

que laten y algunos hemos de luchar para que no se paren.

Cuidaos mucho, pero sobre todo, estableced prioridades, sed adultos y marcar en vuestro

calendario interior lo que es fundamental y lo que no.

Os sorprenderéis al comprobar la de cosas que os sobran y la cantidad de cosas (personas)

que os faltan, aunque estén cerca, aunque penséis que están ahí.

Dad una oportunidad a todo el mundo pero, sobre todo, a vosotros mismos.

Si vosotros no estáis bien nadie lo estará.