Me hubiera gustado despedirme de ciertas personas pero no va a ser posible.
Llega un punto de no retorno donde la única salida a este caos emocional es morir.
Sí, no encuentro motivos ni nada que justifique el continuar por este puto valle de
lágrimas.
La decepción moldea nuestras intenciones hasta el límite de verte obligado a decir
adiós a las armas. No lucharé más, no contra un enemigo que me ganó desde la primera
batalla y me dejó a merced de mis impulsos, mis tristezas y euforias.
El tiempo se acaba. Las sombras me sonríen, me ofrecen un futuro sin intereses
que podré asumir mejor que este presente indomable e insoportable.
NO PUEDO. Eso es todo. Quiero irme, debo irme.
La desolación se ha adueñado de la persona que yo era desterrándola a la isla de la
ilusiones perdidas, habitada por la gente que me ignora, me ha hecho daño y sigue
haciéndolo.
Siempre he intentado hacer felices a los demás y con eso me quedo, con lo que hice bien.
Con mi hija y los maravillosos momentos que he vivido con ella.
Sólo os pido que me perdonéis, si a alguien le importo. No me quedan sitios ni
ni proyectos en los que repostar.
Mi vida ya no es mía. Creo que nunca lo fue.
Gracias a los que habéis estado. Mi vida habría sido mucho más corta sin vosotros. :*****
Me quedo para leerte...
ResponderEliminartu misma lo dijiste, hay personas que no pertenecen a este mundo, y que solo se pasean por aquí por un breve tiempo. Para mostrarnos su genialidad; para dejarnos ver resquicios de su estela...
ResponderEliminarEspero que aun sigas aquí, disfrutar de ti un poco más no me importa, solo espero que aún sigas aquí.
Este mundo aún te pertenece, campanilla.