viernes, 28 de julio de 2017
El club de los suicidas
Hace pocos días se suicidaba el cantante de Linkin Park ahorcándose, de la misma
forma en que ya lo hiciera Chris Cornell, cantante de Soundgarden y pieza clave del ya
extinto movimiento Seattle. La muerte de este último me dolió especialmente porque viví
mi primera juventud con todas estas bandas.
El suicidio sigue siendo un tema tabú, y muy pocas personas nos entienden a los
suicidas. Entre nosotros nos reconocemos, como el que hace un guiño a un español en
un país extranjero. Es una lástima que mucha gente no nos entienda y encima
piensen que el estar deprimido es una opción, algo sobre lo que nosotros tenemos el
control. PUES NO.
Yo no decido estar triste ni hundida porque si así fuera sería imbécil por no mejorar
mi vida y alejarme de esas tendencias autolesivas.
Amo los eufemismos de los psiquiatras: autolisis, ideas autolesivas, depresión,
pero nadie dice nunca ideas suicidas que es el más acertado.
En mi caso todas estas muertes de famosos y tan jóvenes me produce una terrible
inquietud y me encuentro más vulnerable y con miedo a que mi depresión se agudice
y pueda acabar como ellos.
Las mujeres pensamos en quién nos va a encontrar en caso de acabar con nuestra vida
y por eso la escena que se encuentran es más"dulce", (pastillas por ejemplo).
Los hombres piensan menos en eso y dejan escenarios realmente dantescos.
La tristeza no entiende de clases sociales ni de sexos, ocurre y ya, con razones muy serias
o a veces de forma endógena, sin causas claras.
Yo sólo quiero deciros una cosa: por desgracia soy experta en el tema y muchos suicidios no
se pueden prevenir, pero sí podemos acompañar a esas personas cuyo corazón está roto.
Ojalá todos aquellos que lo estén pasando mal tengan a alguien en su vida que les arrope.
Un apunte: gran parte de los suicidios tienen mucho que ver con el consumo de drogas.
Cuando he estado ingresada he visto críos con problemas psiquiátricos muy graves
por culpa de los estupefacientes.
Niños con 18-20 años con la vida destrozada, sin esperanza, con la mirada perdida, hasta
arriba de Haloperidol y medicaciones más fuertes.
No sólo nuestras circunstancias personales sino una tormenta de neurotransmisores
permiten y allanan el camino a pensamientos oscuros, donde la muerte se convierte en una
amiga que te acompaña. Se hace tan presente que hablas con naturalidad de tus ideas,
y no, eso nunca debería pasar, no podemos normalizar el querer morir como única salida.
Espero que los que estéis así recibáis ayuda y si no, gritad hasta que alguien os oiga.
Se puede mejorar aunque el fantasma siempre nos acompañará.
Sigo aquí gracias a mucha gente , sin ellos no hubiera podido.
Os mando toda mi fuerza y cariño, sé que podréis.
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