La vida a veces se empeña en hacerte todo difícil y tú luchas, vas contracorriente, sacas
tu fuerza y ni aun así puedes.
Pero a veces te cruzas en lugares inesperados y escarpados a personas extraordinarias
que te salvan la vida un poquito.
No es ningún secreto que llevo más de tres meses de hospitales y allí he conocido
personas maravillosas que aun pasándolo ellas fatal me tendieron la mano.
Son mis niñas, a las que yo también cuidé y a las que quiero de corazón.
Mis pequeñas M y T me lo dieron todo y me lo dan. Yo también lo intento porque
después de todo lo vivido somos como hermanas.
Los psiquiatras no recomiendan que tengamos contacto fuera pero a mí verlas, y sobre
todo verlas mejorar, me hace muy feliz.
No son mis ángeles, son mis arcángeles, ese tipo de amigas a las que puedes llamar a
las cuatro de la mañana.
Las personas que mas daño me han hecho en esta vida no tenían problemas mentales;
creo que con eso lo digo todo.
Sé que las voy a tener siempre y ellas a mí porque la amistad auténtica, fraguada
en el infierno, es irrompible.
Pequeñas M y T os adoro. Gracias por aparecer en mi vida y quedaros.
Sois lo mejor que me ha pasado en mucho tiempo y os prometo que todo irá bien.
Lo tenéis todo: amor, dulzura, inteligencia, humor, empatía, cariño, fuerza. TO DO.
Os puedo prometer una cosa: esté como esté me tendréis siempre. Gracias
por tanto.
OS QUIERO MUCHO.
No hay comentarios:
Publicar un comentario