viernes, 19 de abril de 2013

De bolsos.Y de errores.


-Hola, ¿sabes quién soy? ¿quieres quedar?
Casi no te da tiempo a contestar cuando ya estás pensando en qué ponerte. Cómo no vas a acordarte si no has hecho otra cosa que pensar en él todos los malditos días desde aquella fría noche.
No sabías ni que le habías dado el teléfono. Tú y esa costumbre tuya de beber calimotxo como cuando tenías quince años, pero es que claro, las copas a nueve euros no hay quién las pague, oiga.
Dejas el móvil en la encimera; casi se te cae. No sabes qué hacer. Venga, llamas a tu mejor amiga y le cuentas que has quedado. No, mejor no.
Te enciendes un cigarro. Empiezas a dar vueltas. Coges el mando de la tele. La enciendes y buscas algo que te distraiga mientras consumes nicotina entre pensamientos impuros.
Lo apagas retorciéndolo, como las buenas fumadoras. Te levantas decidida, respiras fuerte y por el pasillo empiezas a buscar los errores que cometiste las otras veces.
Míralos ahí están, en fila india, dispuestos para que los cometas otra vez.
No te olvides de meterlos en el bolso.
 

2 comentarios:

  1. Tengo demasiados errores que purgar y desearía estar cerca de ti para que me dieses un abrazo. Desearía pisar tus calles, para correr al sitio equivocado. Y vaciar el bolso de paquetes de tabaco, y meter paquetes de esperanza. Porque, cuando algo se va a la mierda, de repente te parece que todo se ha ido a la mierda. Tú me entiendes. Yo no me entiendo. Pero son las cuatro y cuarto de la mañana y no valgo para nada.

    Te abrazo. Ojalá.

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  2. Te voy a vaciar esos bolsos y llenarlos de cosas buenas. Y darte ese abrazo. No hay distancia cuando alguien está. Y estoy. :******

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