martes, 22 de octubre de 2019

No surprises




Eso quiero, nada de sorpresas, sólo tranquilidad, ni siquiera felicidad.

Tan fácil y tan difícil.

domingo, 20 de octubre de 2019

Sal, anímate, haz cosas...



Este es el tipo de comentarios que te hace la gente cuando tienes depresión y ellos no han

pasado por ninguna. No han visto una depresión ni a mil kilómetros.

No digo que toda la gente que te dice esto lo haga con mala intención pero la mayoría

resultan ser unos absolutos estúpidos; desconocen los mecanismos que rigen la mente de

de alguien que sufre esta enfermedad.

Ni yo misma, que la he sufrido en muchas ocasiones, me veo capacitada del todo para

hablar de las depresiones de los demás.

Lo que sí puedo decir es que se sufre, y mucho, y que es una enfermedad que, aunque

no lo parezca, es muy desconocida.

La depresión no se limita a llorar y estar triste, de hecho hasta existe un diagnóstico

que es depresión SIN tristeza; ¿cómo os quedáis?

Cuando me la diagnosticaron hace ya 8 años le dije al psiquiatra que eso era como

una tortilla sin huevos. Rió. Le hice risa.

A mí no me hacía pero soy ultra irónica y no me salió decir otra cosa.

En aquellas, mi depresión sin tristeza consistía en cansancio, apatía, desinterés, mucho

sueño, anorexia (como falta de apetito), vamos, pocas ganas de hacer nada.

Me mandó un estabilizador (topiramato) y en menos de dos meses  remonté, con tanta

fuerza que sufrí una hipomanía (creo que ya sabéis que soy bipolar).

¿Qué hicieron? pues darme quetiapina, un antipsicótico, no de los más fuertes pero

  tampoco flojo.     

 Esa vez ha sido la única que he tenido depresión sin tristeza, el resto, por

desgracia, han sido con una tristeza profundísima y a veces incapacitante como para

llevar una vida normalizada.

Este verano he pasado casi 4 meses en hospitales, así que creo que puedo opinar un

poco. Primero tuve una manía y luego una depresión profunda que se fraguó en 10-15

días. De repente no veía salida a nada. Lo bien que me encontraba a finales de julio

a finales de agosto se convirtió en una pesadilla. Llorar sin parar, absolutamente lábil.

Fue terrible pero gracias al equipo de psiquiatría del Royo Villanova volví a sonreír,

aunque costó. Los primeros días sólo quería dormir y esconderme del mundo.

     Lloré muchísimo pero fui remontando con un antidepresivo no muy fuerte, el

Escitalopram. Mi doctora y todo el personal me sacó del hoyo. Gracias por tanto.

     Pero la depresión va más allá; me he topado con personas que estaban viviendo

un infierno y no veían luz por ninguna parte.

He intentado ayudar a todas; con alguna lo he conseguido, pero la depresión no se cura

fácilmente. Es tremendamente complicado, es muy reactiva y en cada persona se presenta

de una forma. Afecta más a mujeres y más duramente.

Pocas cosas hay más tristes que alguien con la mirada perdida en un hospital.

Porque una depresión puede tener motivos externos (exógena), como problemas

familiares, cosa que he visto mucho, pero también internos (endógena); no hay una

razón concreta que justifique tanto sufrimiento. Los neurotransmisores campan a sus

anchas y tú te hundes en el fango. Hay muchas medicaciones, gracias a Dios, pero a

veces simplemente no funcionan.

                  Por desgracia, cada persona es distinta, y lo que a otro le sirve a ti no.

Quiero mandar desde aquí todo mi amor y mi cariño a todas las personas deprimidas

con las que he estado, tanto en el Royo como en el Clínico. Los médicos, ATS,

y demás personal hacen una labor encomiable.

   La depresión tiene una característica muy peculiar y es que nos hace ser más realistas,

tenemos una conciencia de enfermedad que no se da en otras patologías: y esto tiene su

lado positivo porque somos más colaboradores y de esa manera se aborda el tratamiento

mucho mejor. Hay otras patologías en las que el enfermo no sólo no colabora sino

que se boicotea y se hace, por ejemplo las niñas con trastorno límite, mucho daño.

Normalmente este último va asociado a la anorexia extrema.

Por suerte o por desgracia he visto, y veo, desde hace 27 años, a muchas personas con

depresión y puedo decir que es una enfermedad muy compleja porque siempre

está el fantasma del suicidio; y los médicos lo saben y nosotros lo sabemos.

Es raro la persona con depresión mayor que nunca haya fantaseado con la idea de

morir o incluso lo haya intentado. Y esto debería ser un tema al que dedicar no solo

tiempo, sino recursos. No podemos permitir que casi 4000 personas se suiciden al

año: eso sin contar intentos fallidos y parasuicidios.

Luchemos entre todos, hagamos algo, porque la tristeza profunda y paralizante es una

de las sensaciones más atroces que se pueden vivir.


                 Desde aquí quiero animaros, deciros que se sale, que cuesta, lo sé, pero que

si yo he podido vosotros también.


Y si tenéis ideas suicidas, por favor id al hospital.

NO ESTÁIS SOLOS. PODÉIS SALIR.




sábado, 19 de octubre de 2019

Good enough


¿Hasta qué punto el sufrimiento en la infancia te convierte en lo que eres de mayor?

Mi pregunta siempre será la misma:

¿SOY LO BASTANTE BUENA?


jueves, 10 de octubre de 2019

Beautiful




Una de las canciones más bonitas que se han escrito jamás.

Fleetwood Mac.

No diré nada más, señoría. <3



domingo, 6 de octubre de 2019

Mis chicas





La vida a veces se empeña en hacerte todo difícil y tú luchas, vas contracorriente, sacas

tu fuerza y ni aun así puedes.

Pero a veces te cruzas en lugares inesperados y escarpados a personas extraordinarias

que te salvan la vida un poquito.

No es ningún secreto que llevo más de tres meses de hospitales y allí he conocido

personas maravillosas que aun pasándolo ellas fatal me tendieron la mano.

Son mis niñas, a las que yo también cuidé y  a las que quiero de corazón.

        Mis pequeñas M y T me lo dieron todo y me lo dan. Yo también lo intento porque

después de todo lo vivido somos como hermanas.

Los psiquiatras no recomiendan que tengamos contacto fuera pero a mí verlas, y sobre

todo verlas mejorar, me hace muy feliz.

No son mis ángeles, son mis arcángeles, ese tipo de amigas a las que puedes llamar a

las cuatro de la mañana.

Las personas que mas daño me han hecho en esta vida no tenían problemas mentales;

creo que con eso lo digo todo.

Sé que las voy a tener siempre y ellas a mí porque la amistad auténtica, fraguada

en el infierno, es irrompible.


      Pequeñas M y T os adoro. Gracias por aparecer en mi vida y quedaros.

Sois lo mejor que me ha pasado en mucho tiempo y os prometo que todo irá bien.

Lo tenéis todo: amor, dulzura, inteligencia, humor, empatía, cariño, fuerza. TO DO.

        Os puedo prometer una cosa: esté como esté me tendréis siempre. Gracias

por tanto.


                                           OS QUIERO MUCHO.


                                 






jueves, 3 de octubre de 2019

Todo pasará




He visto cosas que no creeríais; he visto a alguien sumido en la depresión volver a sonreír.



Bye, bye.



Déjame, olvídate de mí, ya no me haces feliz.



Elegí vivir




Hay poemas que van más allá de cualquier descripción y para éste de Kipling me faltan

 adjetivos. Cualquier cosa que diga se queda corta ante tantísima belleza. Kipling fue, es,

y será, un dios de la literatura.

Disfrutad de esta maravilla.


ELEGÍ LA VIDA:


No quise dormir sin sueños:
y elegí la ilusión que me despierta,
el horizonte que me espera,
el proyecto que me llena,
y no la vida vacía de quien no busca nada,
de quien no desea nada más que sobrevivir cada día.
No quise vivir en la angustia:
y elegí la paz y la esperanza,
la luz,
el llanto que desahoga, que libera,
y no el que inspira lástima en vez de soluciones,
la queja que denuncia, la que se grita,
y no la que se murmura y no cambia nada.
No quise vivir cansado:
Y elegí el descanso del amigo y del abrazo,
el camino sin prosas, compartido,
y no parar nunca, no dormir nunca.
Elegí avanzar despacio, durante más tiempo,
y llegar más lejos,
habiendo disfrutado del paisaje.
No quise huir:
y elegí mirar de frente,
levantar la cabeza,
y enfrentarme a los miedos y fantasmas
porque no por darme la vuelta volarían.
No pude olvidar mis fallos:
pero elegí perdonarme, quererme,
llevar con dignidad mis miserias
y descubrir mis dones;
y no vivir lamentándome
por aquello que no pude cambiar,
que me entristece, que me duele,
por el daño que hice y el que me hicieron.
Elegí aceptar el pasado.
No quise vivir solo:
y elegí la alegría de descubrir a otro,
de dar, de compartir,
y no el resentimiento sucio que encadena.
Elegí el amor.
Y hubo mil cosas que no elegí,
que me llegaron de pronto
y me transformaron la vida.
Cosas buenas y malas que no buscaba,
caminos por los que me perdí,
personas que vinieron y se fueron,
una vida que no esperaba.
Y elegí, al menos, cómo vivirla.
Elegí los sueños para decorarla,
la esperanza para sostenerla,
la valentía para afrontarla.
No quise vivir muriendo:
y elegí la vida.
Así podré sonreír cuando llegue la muerte,
aunque no la elija…
…porque moriré viviendo.