lunes, 22 de septiembre de 2014

Mis pequeños.




     Hace poco "confesé" qué es lo que me sucede. Ahora lo que quiero es hablar directamente a ciertas  personicas; esas que están ahí. Conmigo. Cuando llegué a twitter un 6 de julio de 2011 lo hice sin ninguna esperanza. Me explico. Venía de una época muy maja en la que mi vida se desmoronaba por momentos. Aquí hay alguien que sabe perfectamente de lo que hablo.

  Nunca he asumido un papel de víctima en twitter, eso no va conmigo, más bien al contrario: he adoptado un "papel" (pero, ojo, soy yo al 100%) de payasa para esquivar una vida que no me sonreía demasiado.
 Lo mejor de esto fue descubriros a vosotros pero en particular a ciertas personas que hicieron de mi vida, por aquel entonces y ahora, algo extraordinario.

  Me di cuenta de que no hace falta ver a a alguien para reírte con él, ni para acercarte y hacerte amigo.
De hecho las mejores personas que he conocido en muchos años estáis aquí: desde tuiteros con 20 followers o 5000 hasta otros con dos millones.
   No me importan las cifras, me importan las personas, esas mismas que han iluminado mi TL con risas, reflexiones, sobrepasando esos límites del humor que tanto me gustan, y también amigos muy bonicos que os habéis enfrentado a gente muy chunga que corre por la red mientras otros miran desde la barrera.

Una vez incluso (por eso jamás como leyendo tuits) casi me ahogué porque me atraganté de la risa con un tuitero al que adoro. Él ya sabe quién es.
También recuerdo una noche en la que me dio la morriña y hablé sobre cosas y bares de Zaragoza que ya no existen y cómo aquella noche descubrí que hay personas aquí que no sólo merecen mucho la pena sino que además sienten las cosas como yo.

   Habría mil historias que contar; aquí he visto de todo pero me quedo con vosotros, con los que estáis, con los que siempre estuvísteis, porque me importáis mucho y en días, o más bien noches, muy jodidas podía hablar con vosotros, porque esto nunca cierra y siempre hay alguien capaz de arrancarme una sonrisa en momentos donde, de normal, lo vería imposible.
 Una vez tuiteé que son las personas que lo han pasado peor las más dispuestas a hacerte la vida más fácil.

   Tengo la suerte de conoceros a algunos en persona y eso me ha reafirmado en lo que siempre he pensado de vosotros: sois la hostia; gracias por ser así aun en momentos donde la vida se os tuerce e incluso así sacáis tiempo para esta loquita que no sabe aún cómo va a acabar todo.
Confío en el futuro, confío en las personas a pesar de que este maldito mundo se empeñe en robarnos la esperanza.

No la perdamos: vosotros, bonicos, sois la muestra viviente de que todavía podemos cambiar algo. Tenéis la fuerza, la inteligencia y sobre todo el amor suficiente por la vida y las personas para poder hacer de este mundo algo un poco mejor. Y otra cosa: A pesar de todo, o de cómo esté ahora, podéis contar conmigo SIEMPRE. Tengo polvo de hadas. No lo olvidéis.






No hay comentarios:

Publicar un comentario