domingo, 8 de marzo de 2015

Twitter Wars



Me entristece ver como cada día que pasa twitter se hace más intransitable.

Los que llevamos bastante tiempo vivimos una época donde el fin principal de

esta red social era la diversión. Se hablaba de todo pero cuando cerrabas sesión salías

con una sonrisa: ahora no.

Ahora abres y todo son enfados, críticas, movidas, gente buscando casito, y sobre todo

gente muy amargada que traslada esa frustración a los que no somos así.

    Yo, que he pasado por una época muy mala, necesitaba twitter para reírme y olvidarme

de las cosas. Pero siento que ya no es terapeútico, ni divertido, ni bonito.

Hay personas, y ellas lo saben, a las que adoro y que me han dado mucho y siguen

haciéndolo, pero el resto, incluyendo personas que antes me hacían reír, se han ido

agriando y eso es profundamente triste.

Y lo es porque he visto su evolución.

Por supuesto que se deben denunciar las cosas y las injusticias y no hay mejor lugar que

este para hacerlo.

Pero hay que dejar un hueco para la ingenuidad, la confianza, el cariño, el trato amable y

la risa porque si no cada vez se irá más gente, harta de guerras cibernéticas y movidas

de todo tipo.

Hay gente que está haciendo una labor encomiable pero también hay mucha que está

sacando los pies del tiesto.

No os dejéis vencer por el cinismo, valéis mucho más que eso y tenéis los suficientes

recursos para quejaros de lo que queráis sin caer en la agresividad ni la pesadez.

También aprovecho para hacer autocrítica, porque aunque mis circunstancias personales

hayan marcado bastante el tono de mis tuits, no estoy exenta de culpa ni de haber

evolucionado hacia una Campanilla menos alegre y más enfadada con el mundo.

My fault.

Un beso enorme.






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