domingo, 28 de agosto de 2011

Mi niña

                

     
      Esta noche me dirijo a vosotros, sí a todos los que me habéis acompañado a lo largo de mi vida, en lo bueno y en lo malo. Sí a vosotros. Mis amigos.
Algunos estáis ya lejos, pero al igual que las estrellas me seguís iluminando y para cuando vuestro destello acabe su infinito viaje ya estaré a vuestro lado.

      Otras, sin embargo, estáis aquí, y habéis aparecido de repente en lo que quedaba de mi vida,  en la posguerra de una desilusión.  Me viste caminando entre ruinas, con la mirada perdida, cuando soñar era mi única trinchera ante la metralla de la vida.
No te asustaste y me tendiste la mano. No se por qué, me quisiste desde el principio.Yo te vi antes pero tú me levantaste del suelo y empece a caminar. Me costaba pero no te rendiste. Aun poniéndote en peligro no me dejaste sola y me diste una lección de amor y de lealtad de la que solo un ser de luz es capaz.

     Sólo alguien como tú puede iluminar la noche oscura del alma como dirían los místicos, y cada día me demuestras más si cabe todo el amor que aún llevas dentro, pequeña.


La vida recompensa a las personas como tú. Los milagros están hechos a medida de los ángeles que un día se escaparon del cielo para venir a rescatar a los pobres mortales como yo.

Uno atrae lo que imagina, y tu imaginaste ser feliz. Y lo serás cariño.Y mucho.
Las lágrimas despiertan a los ángeles. Por eso te he despertado tantas veces. Pero nunca te ha importado y por eso te quiero tanto.
Gracias, bonita. Siempre estaré a tu lado...


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